domingo, 23 de octubre de 2016

LA SOLEDAD DEL ALMA.




El hombre desde siempre ha temido la soledad..., no ha sido capaz de sentir paz en la soledad, no ha conocido la verdad del silencio y el sentido auténtico de la soledad…
El ser humano ha buscado siempre compañía, ha huido siempre de la soledad, ha sido incapaz de estar a solas consigo mismo…, se ha sentido impotente y vulnerable ante la soledad y la sensación de abandono.

Todos hemos vivido y sentido el miedo a la separación, al abandono y la soledad, sin importar cuánta gente nos rodee, sin importa si nos escuchan o no, sin importar lo que hemos hecho o dejado de hacer, nadie   puede decir que nunca haya  sentido en sus carnes y piel la soledad, el aislamiento, la separación y el abandono, por tanto, es algo que nos atañe a todos…, no importa la clase social, política, religiosa o personal, es algo que el hombre debe conocer... y aprender para descifrar su verdad…

Todo ser humano debe aprender a conocerse, debe intentar descifrar sus misterios, sus traumas, debilidades, errores y carencias para averiguar de dónde proviene esa soledad y sentimiento de abandono, aunque en verdad nadie jamás está totalmente solo, existe en cada mente un mundo por conocer..., lleno de pensamientos, ideas, creencias y conceptos que tienen propia personalidad y que nos hace estar dividido y separado de nosotros mismo. Toda soledad nace de la creencia y el sentimiento de separación y abandono.

El hombre no sabe distinguir soledad de aislamiento, no entiende la diferencia entre la soledad física y la  emocional o mental.
Cada individuo tiene una forma de encarar su  soledad..., sea del tipo que sea, el hombre siempre está acompañado por sus pensamientos, emociones, sentimientos, ideas y creencias, el problema está en que todas estos aspectos del ser humano están divididos y cada uno de ellos intentan conducirnos hacia un lugar distinto y muy diferentes, por tanto cuando sentimos esa soledad y abandono, no somos Unidad ni dentro, ni fuera...

La soledad del alma son aquellos momentos donde no nos identificamos con nada de lo que hasta ese momento hemos creído, pensado, sentido o soñado... Son aquellos momentos donde nada tiene sentido, ni razón, ni objeto, ni nombre, ni justificación, es cuando todo lo que hemos creado parece derrumbarse, cuando todo lo que hemos sostenido parece perderse y desaparecer, cuando todo lo que hemos sentido y vivido parece estar fuera de toda lógica, de todo contexto y de toda realidad, entonces, no hay consuelo posible..., nadie parece estar a nuestro alcance, nadie nos parece cercano o fiable, nada es lo que parecía y la vida parece acabarse...
                                                                                         
La soledad del alma no conoce de tiempo, no sabe de identidad, política, religión, razón o justificación. La soledad del alma es la pérdida de identidad con la realidad conocida y percibida, es el paso entre una realidad y otra, es el cambio de un estado de conciencia a otro, es la percepción de algo más que hasta ese momento no éramos consciente...
                                                                       

La soledad del alma solo es el tránsito de una percepción a otra, de una realidad a otra, de unas experiencias a otras, la soledad del alma es el fuego del espíritu, es la hoguera donde se queman los miedos, dolores, sufrimientos y experiencias, aunque su travesía no es nada fácil, ni cómoda; atravesar la soledad del alma requiere fuerza, voluntad, empeño, valor, determinación y sobre todo una profunda fe y esperanza en el amor, la paz, la humildad y el Ser que somos más allá de cualquier nombre y personalidad...
                                                                           La soledad del alma está más allá de cualquier espacio, de cualquier tiempo, de cualquier personalidad, es intransferible y única en cada alma..., es la revisión de tu vida, de tu mundo y de tu historia..., pero para traspasarla con éxito es necesario colocarse en ese espacio donde nada ni nadie es tu Salvador..., donde ninguna soledad es más real que la propia separación y división que está en tu interior...  

Debes ir más allá de toda soledad, de cualquier soledad, porque no es más real que tu propia división y separación interior y de la separación entre tu alma y tu espíritu…

Cualquier soledad, inclusive la física está en tu interior, es la carencia de amor por ti mismo, es la escasez de amor por lo que eres y por tu vida y existencia... Toda soledad nace de la separación contigo mismo y de lo que eres en Verdad..., y después para con tu vida y mundo. La soledad sólo necesita aceptarte antes, después y en medio de cualquier creencia, idea, pensamiento y sentimiento o nombre.

Cuando la soledad te puede y te domina, sólo es la carencia de lo que Eres... antes de cualquier manifestación, antes de cualquier personalidad e  identidad...

Cuando vives rodeado de soledad, es la soledad de la Ignorancia, del Olvido y de la Supervivencia de la persona…

La soledad es una maestra, es la verdad de quien eres sin nombre ni pronombre, es el silencio de la persona para que hable el espíritu y el alma, toda soledad aparece cuando estás preparado para el cambio, cuando el camino que has llevado necesita un cambio, una transformación y un destino distinto, entonces, no busques en la soledad ningún infierno, ninguna víctima, ningún mártir o verdugo, busca sólo la enseñanza, el aprendizaje y el cambio que te trae, que te insinúa, solo así será más fácil..., solo así aprenderás sin tanto dolor y sufrimiento, sólo así traspasaras esa soledad que parece arrancarte el alma desde dentro..., sólo así serás capaz de encontrar el consuelo, la fe y la fuerza para estar allí donde no existe ninguna soledad..., donde ninguna soledad es lo que tu eres, no es tu identidad y tu Verdad…

Cuando vives y sientes la soledad del alma, ningún consuelo está fuera de ti, ningún apoyo es ajeno a ti, ninguna verdad está en el exterior…
La soledad, el silencio son las llaves de la maestría..., del descubrimiento y del conocimiento, para  atravesarlas solo debes ser consciente de ello y fluir sin oposición, ni miedo...

Yo Soy lo Que Yo Soy..., ninguna soledad es mi Verdad..., ninguna soledad es mi esencia, ni quien Yo Soy en verdad...

Yo hoy acepto la soledad de mi alma..., porque a través de ella alcanzó mi verdad y la Verdad, mi libertad y la Libertad de mi Espíritu más allá de toda forma, nombre, pronombre e identidad…
Ninguna soledad es en Verdad el amor que Yo Soy, ni la paz de mi Hogar, ni la abundancia que me pertenece...


Toda soledad no es tal..., sino que es la ausencia de la verdad, la Única Verdad..., es la carencia del verdadero  amor, de la paz y de la abundancia.

Jamás mi alma volverá a conocer la soledad de la ausencia de Quien Yo Soy en Verdad..., porque desde hoy yo acepto la Libertad de mi Espíritu... y el espíritu no conoce de soledad, de silencio, de oscuridad, de pérdida o separación…

El Espíritu que yo Soy acepta la vida limitada y efímera..., entiende las leyes de las realidades inferiores y asume por completo la Conciencia de la Unidad... en amor, paz y equilibrio, para no volver a perderse en los mundos de la dualidad, oposición, el miedo y las emociones inferiores, que nada tienen que ver con la Fuente de donde todo proviene y que yo se que Yo Soy...

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