domingo, 26 de junio de 2016

LA FELICIDAD.





Todos hemos buscado y buscamos la felicidad, pero
¿ Qué es realmente la felicidad?, el diccionario dice:  “aquella cosa, circunstancia o suceso que produce ese estado”. Es decir es un Estado..., una forma de Estar..., de Ser..., pero la dificultad está en que esperamos que ese estado se produzca por una cosa, circunstancia o suceso, ósea que la buscamos desde fuera..., desde algo exterior que nos debería llegar. Entonces, qué sucede que si esa condición o circunstancia que esperamos no llega, no somos felices.


Quizás nos centramos demasiado en lo exterior..., en nuestros deseos, necesidades y circunstancias…, le hemos dado nuestro poder al exterior, hemos dejado de confiar en nosotros mismos y en la vida... Esperamos cosas, buscamos y perseguimos objetos que no son nuestros, que no somos nosotros... y esperamos que esas cosas nos hagan felices…


Hemos perdido la confianza, el amor, la paciencia y la voluntad de la Certeza…, de saber que pase lo que pase, somos versátiles, somos camaleones capaces de adaptarnos, de cambiar y de que las cosas cambian con nosotros. Hemos dejado que la desesperanza, el miedo, la duda, la inseguridad y el desasosiego nos rodean, nos invadan y nos roben nuestro equilibrio de saberte Creador de tu vida... y circunstancias.


Muchas veces en la vida las cosas no resultan como nos la imaginamos o esperamos, esto nos hace sentirnos vulnerables, flaquear, temer y perder la confianza, la alegría y la autonomía de sentir más allá de la limitación, de la falta, de las circunstancias y de la vida...


La felicidad basada en la adquisición de algo, o en la realización de algún deseo es efímera, es fugaz, no puede durar… Así pasamos toda la vida esperando que sucedan cosas o circunstancias que deseamos, se nos va la vida esperando, deseando…, y nos olvidamos de vivir de sentir lo que tenemos, nos olvidamos de vivir cada momento, cada segundo de nuestras vidas, intentando imaginar cómo será nuestra vida cuando aquello que queremos suceda.


Pero hay otra felicidad…, quizás no tan efímera, no tan fugaz, aunque a veces podamos salir de ella por momentos, esta felicidad Es el verdadero Estado, la verdadera Naturaleza del ser humano despierto, del ser humano que empieza a recordar  y a conocer su raíz, su esencia, su ser, este individuo empieza a comprender que su realidad es fruto de su consciencia, es fruto de su conocimiento consciente de lo que es..., es decir, el no depende más que lo necesario de aquello que viene de fuera de él, él sabe que vive rodeado de necesidades físicas, mentales, sociales, etc., pero esas necesidades son siempre relativas según su identificación con ellas... Cuándo un individuo se identifica con algo, es porque siente una carencia, esa carencia es una necesidad no satisfecha, esta necesidad puede ser: física, mental, emocional, social, etc., y se basa en una conciencia o creencia de escasez y supervivencia. Este es el mensaje que manda al universo y esto es lo que recibirá…
                                                                                    
                                                                                                       
La felicidad verdadera, la felicidad duradera no se puede basar en un sentimiento de tener, de poseer, sino de Vivir…, de Ser…, de sentirse completo y uno con todo…
                                                                                         

La carencia acarrea más carencia, la supervivencia trae más de lo mismo. Hay que cambiar pensamientos y patrones grabados en nuestro subconsciente sobre la escasez, la privación y el deseo de poseer. Nada de este mundo nos pertenece, porque nada nos llevamos de él y con nada venimos, por tanto la verdadera felicidad es un estado del Ser donde nos sentimos completos, llenos y felices con lo que somos, tenemos y sentimos…, desde ahí todo es posible, desde ahí nada se nos resiste, desde ahí a nada tememos y nada los limita.


La felicidad es un estado de aceptación…, un estado de confianza, de seguridad y de optimismo, desde donde todo es posible, desde donde nada tememos porque todo tenemos ya. No estamos sujetos a las reglas de una vida basada en la acumulación, el control o el poder exterior, sino que somos seres libres de condiciones, apegos, reglas y sentimientos de escasez, de privación o negación.


La felicidad no la debemos buscar fuera de nosotros…, en las circunstancias, condiciones o hechos, sino en un Estado natural del Ser, donde somos Consciente de nuestra naturaleza Creadora y donde somos los artífices de nuestra realidad y vida…
La felicidad está en sabernos soberanos de nuestra realidad..., y que podemos cambiar todo aquello que no nos guste de nuestras vidas, pero debemos basarnos en el auto-conocimiento interior, en no darle el poder a nada externo a nosotros, no importa si es a nuestro cuerpo físico, mente o emociones...


La felicidad está en aceptarte tal como eres, aceptar tu vida tal cuál es..., y si hay algo que desees modificar actúa en consecuencia sin quejas, recriminación, pregunta o miedo. Acepta todo tal cual es, esto no quiere decir que todo sea perfecto sino que confías…, sabiendo que todo aquello que no te gusta o que no está en armonía contigo, te sirve para un propósito que aún no consigues saber...


Cuando eres feliz desde dentro, conoces la libertad de Ser... sin ataduras, sin apegos, sin miedo o condición.
No podemos perder nuestra vida quejándonos, lamentando-nos, yendo de víctimas por la vida sin rumbo, ni norte. Debemos centrarnos en lo que somos más allá de la forma, de una personalidad, o de nuestra propia idea que tenemos sobre nosotros mismos…


La vida es muy hermosa para desperdiciarla lamentandonos y sin saber vivir la. Vivir es Ser íntegro para con nosotros mismos, no importa que piensen los demás, que digan o que hagan los otros, lo importante es Ser Feliz tú más allá de la apariencia, de una personalidad auto-impuesta o impuesta.
No debemos basar nuestra felicidad en la opinión que otros tienen sobre nosotros, sino basar la en lo que nosotros Somos desde la libertad. Nada de fuera nos puede devolver nuestra integridad, nuestra lealtad y amor para con nosotros, nada es más real que nuestra fidelidad, nuestra dedicación y entrega a descubrir quienes somos… Esta es nuestra dicha, nuestra plenitud, esta felicidad nada ni nadie nos la puede arrebatar..., porque nace desde lo más profundo de lo que somos sin límites, sin forma, ni espacio.

En este lugar Yo me coloco..., de este espacio no me muevo..., desde aquí veo llegar todo…, lo que debe llegar con confianza, amor y paz...

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