miércoles, 6 de julio de 2016

LA LIBERTAD DEL QUE SE CONOCE A SÍ MISMO.





Séneca dijo: ¿ Preguntas qué es la libertad ?. No ser esclavo de nada, de ninguna necesidad, de ningún accidente y conservar la fortuna al alcance de la mano.


El ser humano desde siempre ha buscado su libertad, se ha sentido esclavo de las condiciones externas que lo rodean, se ha sentido vulnerable y vulnerado por todo aquello que lo ha rodeado. Hemos vivido desde el exterior, desde la supervivencia, el miedo y la limitación. Hemos entregado todo nuestro poder a todo aquello que no somos nosotros mismos..., hemos sido esclavos de necesidades, costumbres, hábitos, pensamientos y creencias, hemos dado siempre más poder a toda voz exterior a nosotros..., no importaba de donde viniera esa voz, hemos creído que los demás eran siempre más inteligentes, que tenían más suerte, más recursos y eran mejor que nosotros. No importaba demasiado en que éramos buenos nosotros, siempre había algo que veíamos en el otro que nos hacía sentir inferiores y no empoderados.


Entregamos nuestra libertad, nuestra voluntad y nuestra vida a la sociedad, la religión, a las costumbres, al poder, al miedo, al dolor, al sufrimiento y la supervivencia.


La verdad es que eso no tiene nada que ver con la libertad, no tiene nada que ver con sentirnos libres, con ser realmente nosotros, con aceptarnos tal y como somos. Dimos la razón a todo aquello o a quienes nos decían que estábamos equivocado y que nunca seríamos capaces de hacer aquello que hizo nuestro vecino. Nos apoyamos en las comparaciones, en la rivalidad y en la competencia, queriendo ser clones de aquellos que han sobresalido antes que nosotros. Esto no es libertad, la libertad debe basarse en el conocimiento auténtico de quienes somos, de que somos y de lo que realmente queremos ser y hacer. Aquí está la clave para nuestra libertad, la llave del conocimiento que nos desplaza a un lugar diferente y único, porque cada ser humano es exclusivo, al igual que su vida y capacidades.
                                                                            
                                                                               

Ser libre habla de sentir con el corazón..., habla de dejar atrás razonamientos, la lógica, los miedos, la supervivencia y lo conocido...
Ser libre habla de dejar de ser marioneta, muñeco en el juego de la vida, habla de aprender de ti mismo..., de sentir desde el interior, no aprendiendo del exterior sino con el exterior a través de la experiencia, pero para atravesarla e ir más allá de ella, con el convencimiento de que en cada vivencia hay una enseñanza, una clave que descifrar por nosotros mismos.


No importa tanto tu libertad exterior, cuando realmente conoces y vives desde tu libertad interior... La libertad de saberte quién eres, de conocerte en cada palabra, acto, reacción o movimiento que la vida te lleva a realizar.


Tu libertad no puede depender de los demás, no puedes dejar que los demás decidan por ti, que los demás opinen por ti, o que el poder de otro te la robe ,sea por el motivo que sea...


La libertad es uno de los bienes más preciado que el ser humano posee. La libertad te da alas, la libertad interior te hace reconocer quien eres, que eres y donde estas, te hace sentir completo, sin carencias, sin necesidad de sobrevivir, sino viviendo, sintiendo y siendo desde ti mismo y para ti mismo.
La libertad nos conduce, al conocimiento real de donde estamos en nuestra vida actual, ella nos da la facultad para amarnos con todos nuestros defectos y virtudes, con todos nuestros errores y aciertos, más allá de cualquier rol, de cualquier papel que desempeñemos en este juego de la vida.


Ser libre es el más preciado de todos los dones, porque en ella está incluido todos las demás cualidades del ser humano auténtico y primordial...


La libertad no se puede comprar, no se puede medir ni comparar, no se puede vender, ella está con nosotros desde el principio, nacimos con ella, pero nos olvidamos de su Significado real, de su Valor y de su sentido más profundo. Creímos que la libertad estaba en una posición social, material, profesional, sentimental, que estaba en algún tipo de poder, de relación, pero nada más lejos de la realidad. La libertad no entiende de reglas, de normas, de hábitos, de costumbres, ella ES…, al igual que el amor...




La libertad interior no reside en ningún lugar fuera de ti.., no conoce fronteras, barreras, límites, porque esta libertad es intrínseca al ser humano. Sólo el mismo individuo renuncia a ellas, a veces de forma consciente y otras no tanto, dejándose arrastrar a un lugar donde está inmóvil y sometido a un mundo exterior que organiza su vida, su mundo y su existencia. Por ello hay que pagar un precio muy elevado para volver a sentir y vivir la verdadera libertad de Ser...
Libertad es Ser tú mismo…, sin protocolos adquiridos externos, es reconocerte autodidacta en tu vida, es saberte el héroe de tu mundo, es conocerte en cada átomo de tu cuerpo, es identificarte con la realidad que vives y sobre todo Ser, Sentir y Vivir más allá de cualquier frontera creada desde la forma o desde el exterior de ti. Es no identificarse jamás con nada que no provenga de ti mismo, desde el corazón del corazón; es saber, sentir y vivir sabiendo que nadie tiene poder sobre ti.


Aquel que recuperó su libertad, entendió que su vida es fruto de la conquista de su espacio más sagrado, más profundo e íntimo, él conoce quien es desde su interior. Aprendió, creció y evolucionó desde su corazón, más allá de cualquier idea, concepto, regla o supervivencia sea del tipo que sea.


La libertad empieza con el amor y termina con el amor, sin amor no puede haber libertad, y sin libertad no puede haber amor...
             
La libertad y el amor son el equilibrio de la balanza, son las puertas del conocimiento, son las llaves de la felicidad y deben ser la cara y la cruz de la vida, donde nada más puede venir a desequilibrar o desestabilizar, porque con ellos no existe nada más, no hay nada más que nos pueda mover de ese espacio  interior, de donde todo debe nacer, crecer y evolucionar. Sin libertad la vida nos oprime, nos asfixia y no somos capaces de sentir la dicha de vivir, de amar y de ser…
La verdadera libertad está en nuestro interior, más allá de una forma, un lugar o una idea sobre ella.


A veces podemos sentirnos enjaulados, encarcelado por las circunstancias, por una enfermedad, pero la mente, el corazón no conoce de fronteras ni límites.




Nuestro cuerpo es el carcelero de nuestro alma o espíritu, es difícil aceptar esto..., pero la única manera de salir de allí es no identificarse con la materia, con el cuerpo, sino ir mucho más allá de lo conceptos, reglas e ideas asimiladas.


Solo la libertad del corazón, sólo el amor por uno mismo y por la vida, sin importar que sucede en nosotros o a nuestro alrededor es la clave…, para la conquista de la Verdad de quienes somos..., para la conquista de nuestra libertad y de nuestra paz…

Aquel que consiguió ser libre…, tiene su fortuna más preciada, su tesoro más valioso, ya nada más lo limita y encadena, está más allá de una forma y de toda forma, Él es la vida y el amor,y la vida es su fortuna donde expresa su libertad y amor, más allá de todo espacio, tiempo o lugar...

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