lunes, 18 de julio de 2016

POR LA PAZ… Y EN PAZ…






En los últimos tiempos estamos padeciendo un azote de violencia descontrolada alrededor del mundo…
El ser humano atribuye esta violencia a extremista, xenófobos, separatistas y radicales.
No importa el origen de estos actos incontrolados, no importa la motivación, pero aquellos que se identifican con ellos, necesitan  manifestar la ira, el odio o la xenofobia que llevan en su interior.

Nos han educado desde las diferencias, desde las comparaciones ideológicas de todo tipo, desde conceptos basados en desigualdades y límites entre clases: sociales, culturales, religiosas, razas, lugar de procedencia, origen, etc.

Ningún ser humano es mejor que otro, ningún ser humano es igual que otro…, sin importar su color, raza, ideas políticas, religiosas, sociales, ideológicas, culturales, sexo o clase.
Nadie puede pensar, actuar, hablar o vivir por otro, nadie puede imponer ideas, costumbres, política, religión, cultura, etc.

Ningún problema es suficientemente importante para llevarnos a la desesperación, al desánimo, al miedo, a la locura y a perder nuestro conocimiento interno, nuestra verdadera identidad, que no se identifica con ninguna apariencia, con ningún sentimiento de obediencia, de pertenencia, de sacrificio o entrega de nuestra libertad, de nuestro amor por nosotros mismos más allá de cualquier reto, dolor o sufrimiento...
                                                                               

Jamás ninguna violencia, ningún acto terrorista, ningún miedo debe sacarnos de nuestra seguridad, de nuestra verdad y de nuestro amor. Ninguna violencia es la Solución..., ninguna violencia nos lleva a un mejor lugar..., ni nos aporta aquello que buscamos, ni es capaz de lograr ningún tipo de libertad: personal, ideológica, ni de ningún tipo, sino que acarrea más dolor, más sufrimiento, más diferencias y más cadenas a nosotros y a los demás. Ningún dolor puede ser motivo de alegría, de contento, de conformidad, ni puede apaciguar ningún sufrimiento, no puede romper ninguna cadena, más bien todo lo contrario produce más limitación y opresión

Cualquier violencia producida a otro o a nosotros mismos no nos hace ser mejores, ni nos lleva a ninguna gloria en ningún lugar y en ninguna vida.

La violencia es fruto de la falta de amor, de la falta de libertad…, para ser quienes somos más allá de esta forma, en esta forma y en cualquier forma. La violencia es producto de la separación, de las diferencias dentro de las diferencias, de la no aceptación, de la falta de fraternidad entre unos y otros, es igual si es entre individuos, pueblos, naciones, continentes, incluso si estas diferencias y no aceptación son de nosotros mismos.

La Paz es el único antídoto contra la violencia sea del tipo que sea..., sea de género, raza, pueblos o clases.
La Paz es la verdad más grande, es el Poder más fuerte que es capaz de generar y mover a las masas, capaz de crecer desde la solidaridad pacífica e igualitaria de todos.
La Paz no conoce de diferencias porque su  Motor es el amor y ella es motivo de Unión siempre..., es  capaz de acabar con cualquier guerra o conflicto, sea del tipo que sea sin necesidad de violencia sino con la manifestación pacífica de la Unión... No debe de haber la menor diferencia para mostrar nuestra firmeza, apoyo y comunicación entre los pueblos y individuos y erradicar cualquier tipo de acto terrorista, siempre desde la paz , la comunicación y la unidad.
La Paz es el resultado de la aceptación de las diferencias, de los opuestos y del miedo, muchas veces por ignorancia y desconocimiento.


Respondamos ante cualquier acto violento con paz, solidaridad, amor, confianza y optimismos, Unamos nuestras Fuerzas, nuestro Amor y nuestra Paz para erradicar cualquier acto que quiera sembrar la violencia, al caos o la destrucción….

Somos todos una misma raza, la humana..., no hay más diferencias que las que queramos buscar, todos estamos hechos de la misma materia prima... Ninguna diferencia es más real que el poder que le demos y la atención que le prestemos...

Cada diferencia es motivo de crecimiento, de integración y de conocimiento. Las diferencias sólo nos educan, nos forman y nos hacen crecer... Solo cuándo queremos ser copias unos de otros, perdemos el control de nosotros mismos, la razón y el conocimiento de quienes somos.

Es imposible buscar ser igual a nada, ni a nadie..., no podemos ser igual a nadie, somos seres exclusivos con características similares pero con variaciones importantes y esa es la grandeza de la raza humana.
No es viable querer mantener o pertenecer a una media, una medida, una forma jerárquica y organizada y actuar como autómatas, como seres programados, como conejillos de laboratorio controlados, observados o manipulados.

No podemos desterrar de la tierra aquello que no nos gusta..., aquello que creemos que va contra nuestro principios: morales, sociales, políticos, religiosos, clasistas o racistas.

Ningún principio es más importante que cualquier vida, ningún principio nos puede decir que matar es una Solución, que sembrar el caos es la Solución…
La Única Solución es la Hermandad de todos los hombres..., de todas las vidas…
La única verdad es que no hay diferencia alguna, que no hay ningún color, ninguna raza, grupo, lugar o religión que tenga la razón, que sea la solución o la salvación.


La Salvación está en la Unidad y en la Paz, la Salvación es la Igualdad en cualquier diferencia. La Verdad está en el conocimiento de que todos somos iguales sin distinción de origen, conocimiento, posición, educación o lugar…

La Paz es la única Meta, es la única Solución y Resolución a cualquier conflicto, a cualquier oposición.
En la Paz están todas las ciencias..., todas las culturas, todas las religiones, razas y todas las enseñanzas heredadas, concebidas, aprendidas y por aprender…
La Paz es el conocimiento, la ciencia, el arte, la belleza de encontrar el amor más allá de cualquier caos..., de cualquier dolor, de cualquier problema, circunstancia o miedo. A veces mantener esta paz es difícil sobre todo cuando vemos el caos a nuestro alrededor, entonces más que nunca debemos reaccionar desde la entrega, la solidaridad y el amor para aquellos que sufren…
Cuando alcanzas tu Paz interior ningún miedo, ningún control, dolor o pena es realmente lo que tu eres..., sino que esta Paz te lleva a aquel lugar donde nada es real más que el amor por ti mismo…, y por los demás..., allí donde eres capaz de ver el caos, el miedo ajeno, incluso si es propio, sin ser afectado por ello, sin ser sacado de tu centro, de tu paz y de tu amor..., allí donde eres capaz de hacer sentir a aquellos que sufren tu Paz..., tu Consuelo..., tu Comprensión y tu Amor por ellos y por uno mismo, entonces eres el Mar donde se calman todas las angustias, todos los dolores, todas las penas y sufrimientos.
                               
                                         
Por la Paz y en Paz... todos somos Uno
Todos Unidos somos la bandera y el emblema de la Vida..., somos el muro, la Fortaleza Indestructible del Amor…, donde todos los dolores, todos los sufrimientos son lavados, donde el caos desaparece…
No podemos dejarnos vencer por las fuerzas oscuras..., cuyo única manera de dominar y controlar es a través de la violencia, el miedo y el caos. Jamás nos podemos dejar Vencer... y Acallar…, nuestro Grito de Paz..., Amor y Libertad para Todos...

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