lunes, 2 de mayo de 2016

EGO O PERSONALIDAD.





La personalidad ha sido lo que nos ha identificado en esta vida hasta ahora, a ella le dimos todo el poder para decidir y mandar en nuestra vida. Pero la personalidad o el ego no es realmente lo que nosotros somos, sino que vamos mucho más allá de esto.
La personalidad siempre intenta de hacernos dudar, temer y equivocarnos porque ella se basa en creencias, conceptos, ideas, reglas adquiridas y heredadas, ella es responsable de todos nuestros problemas porque a través de ella nos identificamos con las cosas, personas y con nuestra propia historia.


Sabemos que hay muchos tipos de personalidades, tantas como personas en este mundo, pero el principal factor y responsable del ego es el miedo, de ahí derivan todos los demás egos: la inseguridad, la duda, la escasez, la carencia, el dolor, los celos, la envidia, la falta de amor, etc., si somos capaces de observar esto sin juzgar nos daremos cuenta que esto no es nada positivo para el hombre. El trabajo de la personalidad es hacernos sentir inferiores y no merecedores de todo lo bueno que debería ser nuestra herencia y vida.


El ego es el opuesto al amor, al amor que no depende de condición, hecho o circunstancia, el amor incondicional que traspasa fronteras, barreras y que nos sacia de cualquier sed, de cualquier carencia o de  cualquier posible dolor o sufrimiento.


El mundo que vivimos 3D, es un mundo dual, es decir, basado en los opuestos, es un mundo donde vamos de un extremo de la balanza, al otro extremo de la misma balanza.


Las emociones es el pilar de las creaciones tanto positivas..., como no tan positivas. Si unimos las emociones con las creencias, conceptos, reglas, miedos y dudas tendremos la personalidad o ego. El trabajo del ego siempre es hacernos sufrir y dudar, cuando en verdad esa no es nuestra esencia, no es lo que somos, ni para lo que estamos aquí.


El ser humano no es el ego, no es la personalidad afortunadamente..., por ello aparecen nuestros conflictos internos, nuestras guerras interiores porque el ego ( mente ) nos dice una cosa y nuestro corazón ( alma ) nos dice otra...
Dejamos de oír... a nuestro corazón, a nuestra alma y nos creímos ese juego, aceptamos que la mente con sus pensamientos era lo que somos, prestamos más atención al juego de querer ser tal o cual cosa, que ha Ser… verdaderamente nosotros mismos más allá de una personalidad.


                                                                                          

El corazón no necesita querer ser, Él ya Es... no se trata de hacer o querer hacer sino aprender a Ser desde dentro..., desde la transparencia, la simplicidad, la humildad y el amor.
El corazón no conoce de apariencias, de juegos, de dudas, miedos, añoranzas o escasez. Él sólo sabe latir y en ese latido Está... todo el conocimiento, toda la sabiduría, la paz y la conciencia de saberse digno, amoroso y hermoso más allá de una imagen, de un juego o de límites.


La vida dual es una vida de extremos, de oscilaciones, a veces de movimientos bruscos, esta vida no puede ser una vida equilibrada, sana, positiva y amorosa, porque la verdad no se halla en ningún extremo sino en el centro. El centro es la base del equilibrio, es la salida del mundo de los opuestos, de la salida de la supervivencia, de la mediocridad y de lo común. El centro es el punto Cero desde donde podemos crear sin condiciones,sin límites y sin dolor. En el centro conocemos quienes Somos... y Qué Somos, el centro es la llave de la maestría..., la llave de las posibilidades, de la belleza y la armonía donde todo está en su lugar, donde ningún movimiento es desestabilizante sino simple conocimiento y experiencia..., más allá de cualquier juego, de cualquier rol, de cualquier apariencia.


Una nueva época está naciendo, un nuevo mundo está amaneciendo donde el ser humano aprende a observar sin juzgar, criticar o valorar, donde aprendemos a hablar y sentir con el corazón, donde aprendemos a conocernos y amarnos a nosotros mismos.
Cuando escuchamos nuestro corazón sin coraza, sin miedo y sin críticas damos la patada al ego o personalidad que durante tantísimo tiempo nos ha tenido sometidos. El ego no es necesario, no nos sirve para crecer sino que nos frena y quita nuestro verdadero Valor y Poder, impidiendo Ver y Sentir aquello que realmente somos más allá de la personalidad.
No somos simples mortales, no somos la personalidad o el ego, eso sólo es un juego, una máscara que nosotros mismos nos pusimos para crear experiencias y aceptar de nuevo nuestra vuelta a casa, nuestra vuelta al Hogar de donde todos provenimos y a donde debemos volver.
La vuelta al corazón de Corazón firma la vuelta del Hijo Pródigo, la vuelta a la casa del Padre,la vuelta a  nuestro Hogar y Origen.

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