lunes, 5 de junio de 2017

LA RAZÓN DEL ALMA.



 Carl Jung dijo: “ la gente podría hacer cualquier cosa, no importa cuán absurda, con el fin de evitar enfrentar su propia alma “.

El hombre teme mirarse al espejo..., el ser humano rehuye mirarse sin máscara, sin las mentiras que inventó para creerse alguien..., hemos jugado a creer que lo importante en la vida era tener una imagen acorde a unos cánones, a un estilo vida más o menos aceptados por la sociedad, hemos creado unas conductas basadas en el juicio, la comparación, el valor adquisitivo, profesional, económico y social, así hemos relegado nuestra independencia, nuestra Libertad y nuestra Verdad...

Nos hemos dejado arrastrar a la zona de confort y a la comodidad de lo conocido, hemos invertido nuestra paz, nuestra armonía y nuestra autonomía en conflicto, ansiedad y dependencia...
Delegamos nuestra verdad en la razón de otros..., hemos convertido nuestro conocimiento en el conocimiento de los demás..., hemos sacrificado nuestra alma por las apariencias, la comodidad y el bienestar exterior...

Mientras el ser humano siga jugando a imitar a los demás..., mientras el ser humano juzgue su vida y mundo con la piel de otro..., mientras entreguemos nuestra Razón al poder, el control y la cobardía, seguiremos librando nuestras batallas interiores..., seguiremos perdidos en la confusión del mundo de las formas, del miedo y de la violencia…

Es necesario aprender a conocer la razón de nuestra alma..., a comprender que ninguna razón, justificación o validación externa es bastante para entregar  nuestra Paz y nuestra Libertad...

Hemos admitido, aceptado y actuado desde la orilla de al lado, hemos aprendido desde el lugar equivocado..., hemos prestado nuestra responsabilidad para con nosotros a otros..., hemos deformado nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones, hemos aniquilado nuestra Razón y nuestra Verdad..., esa verdad que no conoce de colores, intereses, ni apariencias...
                                                                           
                                                                       
                                                               El alma debe ser limpia, sin tinte o mancha..., el alma es ese espacio que nos mantiene Unido con lo más sutil y sagrado…, hemos revestido nuestra alma con dolor, sufrimiento, condena, culpa, tristeza, miseria y desorden..., es necesario revelar nuestra Verdad..., para poder alcanzar la libertad, la paz y la dicha que está más allá de la realidad externa...  
         
Cuando escuchamos nuestra alma..., cuando aprendemos a oír nuestro corazón..., cuando sentimos desde dentro..., cuando dejamos de creernos todo ese ruido exterior..., entonces, alcanzamos la libertad, la paz y la felicidad...

Como dijo Aristóteles en su libro “ La gran moral, libro primero, capítulo XXXII “, el alma tiene una parte racional, pero otra irracional, a su vez el alma se divide en otras dos: voluntad y entendimiento, por tanto la razón se aplica a la verdad..., pero debemos saber las condiciones de lo verdadero para el alma…

Cada alma siente y funciona de manera diferente..., cada alma aprende, crece y actúa según sus principios, formas y conocimiento... La verdad de cada alma es Única..., porque cada alma ha tenido sus propias creaciones y experiencias..., cada alma razona e interpreta a su  manera...

Es necesario escuchar nuestra alma y conocerla..., cada alma es un mundo... y cada hombre tiene su alma y su visión de su realidad y verdad...
No podemos pretender pensar, sentir, crecer y vivir como otra alma..., no debemos querer conquistar lo que otro alcanzó..., porque cada uno debe conquistar su propio desierto..., cada ser humano debe ser el capitán de su barco, cada alma tiene su viaje, por tanto cada uno debe liberarse de todo aquello que lo oprime y limita…

El alma es ese lugar sagrado... donde se guarda cada dolor, cada alegría y cada historia vivida a través de los tiempos..., el alma es ese espacio que no  perece tras la muerte..., es esa Unión Infinita con lo desconocido y perdido en el olvido...


Cuando en nuestra vida prevalece la Razón del Alma..., consciente o inconscientemente, entonces,  comenzamos el camino de vuelta a Casa..., entonces, la vida comienza a tener sentido, las piezas se acomodan por sí sola, y poco a poco emprendemos el último viaje, aquel que nos devuelve al reconocimiento  de Quienes Somos...

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